6/28/2006

UN DíA DE ENCUENTROS



Nos reunimos a las seis de la mañana en la esquina norte de la plaza para nuestra primera excursión del año. Formar parte del club "Los Exploradores" fue más idea de mis compañeros que mía. Yo era de los que preferían pasarse los domingo sentados viendo televisión y no salí de muy buenas ganas teniendo que levantarme temprano igual que todos los días de la semana.Fuimos al Cajón del Maipo en un día de calor abrasador y como era malo para caminar me fui quedando el último.—¡Apúrate, flojo!Después de tanto esfuerzo me senté en una piedra para recobrar el aliento y mirar la carrera del río entre las rocas y a las nubes persiguiéndose por allá arriba en el cielo. Mis compañeros, igual que ellas, jugaban al pillarse escondiéndose tras los arbustos. Al dejar mi mochila en el suelo un bichito pequeño de lo más absurdo apareció sorpresivamente en la arena y se detuvo frente a mí como si me mirara. Mi primera reacción fue aplastarlo por impertinente, pero luego mientras iba y venía me dediqué a observarlo. ¡Qué ridículo me parecía con sus seis endebles patitas y su cuerpo duro y brillante!"¿Por qué destruirlo?" —me dije—, "¿Acaso no disfruta su lindo día, hace su trabajo y junta alimentos para sus hijos?". Cuando lo vi sumergirse de cabeza en la arena quise saber algo más de él, de sus costumbres y me prometí revisar un libro de ciencia en cuanto regresara.Desde ese día en que observé al coleóptero, empecé a pensar de otra forma: en el respeto que uno debía a los otros seres vivientes, en el equilibrio que tiene que existir en la naturaleza.Un viejo con una larga barba blanca se acercó al grupo y dijo, mientras recogía hierbas medicinales en una bolsa:—La gente no sabe que aquí en este suelo del Creador hay remedios para todo, para la tos y la gripe, el estómago, los nervios.Los niños lo rodearon y como parecía tan sabio empezaron a preguntarle:—¿Cómo animales tan pequeños saben escoger sus alimentos?—¿Por qué al partir un tronco se aprecian distintas capas circulares?—¿Por qué algunas flores tienen perfume?El abuelo de barba blanca sabía todo y pudo contestarles. Terminando agregó:—Todo esto y mucho más podrán aprender y conocer.Desde entonces fui el primero en prepararme para las excursiones del club "Los Exploradores". También me puse más estudioso porque me interesó conocer la maravillosa organización de la naturaleza, cómo el viento y los pájaros son sembradores de varias especies botánicas y muchas cosas más.Esa noche soñé con el escarabajo que se detuvo ante mí y me miró. ¿Qué me dijo? Ahora me parece poder comprender su lenguaje, el de los árboles y hasta el del río y sus rocas. Toda la naturaleza me habla.

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